El sábado 14 de junio pasado, el remozado autódromo de
la ciudad de Dolores fue nuevamente testigo de otra
edición, la 7°del tradicional Gran Premio Scuderia
Concesionarios, en conjunto con otro clásico, el Desafío
Mini - Abarth, en su 4° edición. Al igual que en la
anterior oportunidad, no dejamos de maravillarnos con la
belleza y pulcritud de esta hermosa ciudad, así como de
las puertas abiertas de las casas y los edificios, aún
en horas nocturnas.
Pese a la cadena de problemas que se presentaron, como
la incertidumbre sobre la transitabilidad de las rutas,
la provisión de combustible, e inclusive el clima, ya
que estaba pronosticado lluvia todo el día para la zona,
la distancia no fue un inconveniente para que 21
tripulaciones de distintos puntos además de la Ciudad de
Buenos Aires, como Pilar, e incluso Mar del Plata,
fueran arribando muy temprano para ser agasajados con un
desayuno de cortesía mientras se iban acreditando y
recibiendo la documentación de la competencia, así como
simpáticos y originales souvenirs, consistentes en
calcos conmemo-rativos y chocolates con el logo de Fiat.
Las competencias programadas consistieron en series de
45 minutos de regularidad en pista, o endurance, durante
las cuales los autos tienen que girar en un tiempo
predeterminado, en este caso elegido por cada
tripulación tras una serie de pruebas, y una Habilidad
Conductiva, que se realiza contra reloj en un circuito
especialmente trabado.
El endurance se correría en una sola categoría, con
tiempos elegidos entre 2’20” y 2’50”, sobre el nuevo
circuito de aproximadamente 3.100 metros inaugurado en
noviembre de 2007, mientras que la Habilidad Conductiva,
dividida en 6 categorías, sobre el viejo circuito de
1.700 metros.
Debemos destacar el excelente estado del autódromo, así
como el atractivo de su nuevo recorrido.
Tras la reunión de pilotos de rigor, se largaron dos
series de prueba de 15 minutos cada una, donde las
tripulaciones fueron eligiendo el tiempo de giro para el
endurance, para luego pasar a correr las dos series de
45 minutos, divididas según la rapidez de los autos.
A pesar que debido a cortes de energía eléctrica la
segunda de las series debió ser interrumpida durante un
buen rato, se logró cumplir con todo el programa
estipulado, gracias a la eficiencia demostrada por la
subcomisión de Deportes del club, responsable de la
organización del evento.
Luego de las dos series del endurance, y del refrigerio
de rigor a cargo de la gente del Autódromo, se largaron
las pruebas de Habilidad Conductiva.
El Gran Premio Scuderia Concesionarios fue ganado por la
dupla Alonso – Alonso, quienes nos tienen bien
acostumbrados a figurar en los primeros lugares en todo
tipo de prueba de regularidad, seguidos por Daniel
Demarco y Ricardo Varni, mientras que el Desafío Mini –
Abarth fue ganado por Orlando Gambetta con Federico
Alonso como copiloto, seguido por Hernán Ferreiro, ambos
con Abarth, y en 3° lugar el Mini Cooper de Carlos
Bianchi.
Y nuevamente, por tercer año consecutivo, las dos copas
Challenger del Desafío Mini – Abarth, quedaron en poder
del Club Fiat Clásicos. Sin duda ya habrá nuevas
oportunidades para que los Mini tengan su revancha, y
volvamos a divertirnos como ocurrió esta vez.
Ahora los esperamos el 9 de julio en el autódromo Oscar
A. Gálvez de la Ciudad de Buenos Aires para otro gran
clásico del automovilismo clásico y sport: el Desafío
Fiat – Peugeot. Hasta entonces.
La Comisión Directiva
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