Un desafío para la
historia:
"Si no me pasan yo voy a
ir despacio", aclara Oscar antes de subirse al Fiat 125 número 7,
mientras se arregla la camisa y Juan Manuel se dirige a todos con su
voz campechana para pedir calma, "Vamos a tratar de dar espectáculo
pero sin tirarnos a fondo". Es el 4 de Noviembre del '73, y se
disputa La Carrera del Recuerdo en el Autódromo de Buenos Aires, con
el interés mayúsculo de ese duelo inigualable del automovilismo
nacional.
Las cartas están echadas
y aunque uno viene de un profundo bajón anímico provocado por la
reciente muerte de Nacif Estéfano -Gálvez- y el otro por algunos
bramidos irregulares del corazón -Fangio-, con la bandera a cuadros,
la vista y la mente enfilan hacia delante los 60 años del Aguilucho
y los 62 del Chueco.

De pronto Fangio nota
que Gálvez se pone el casco... los guantes...el cinturón de
seguridad, y se da cuenta de que esto va en serio. Y el, que no
había traído nada... Largan y Taddía y Lo Valvo "inauguran" el
curvón con sendos trompos.

Alfredo Plan acelera
adelante, pero se va en la horquilla y Ernesto Petrini toma la punta
hasta que en un suspiro Oscar lo supera. Se conocen desde chicos,
incluso los Galvez han vivido de pibes en la casa de aquel.
Pero acá no hay
reclamos. Fangio se tira por afuera en la segunda vuelta y lo pasa
a Petrini, mientras un rubio de pelo al viento que cabalga a su lado
le grita que le meta. "Vamos, Juan, vamooossssss..." Es el "Loco"
Rubén Luis Di Palma, circunstancial acompañante del quíntuple.
Y llegan así, 1º y 2º, palo y
palo. Como en las épocas de Ford y Chevrolet. La berlina Fiat 125
beige Nro. 7 de Oscar y la roja Nro. 9 de Juan Manuel. Con el
Balcarceño que también se lo ha tomado en serio y se enoja porque él
creía que la cosa era a diez vueltas y la bandera se baja terminada
la
quinta.
Fuente: Revista El
Gráfico
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