En la fría y brumosa
mañana del 29 de junio, cumplimos con nuestro día de campo en la
estancia La Fernanda, ubicada en las afueras de la ciudad de Navarro
Ya que la propuesta gastronómica incluía el desayuno, además de
almuerzo y merienda, la concentración se hizo más temprano, de
manera de llegar a tiempo para dicha colación, habida cuenta de los
100 km. que separan el sitio elegido para la partida, la ya
tradicional estación de servicio Shell de Ciudadela, de nuestro
destino.
A partir de las 8:30 horas fueron llegando los participantes,
pudiéndose verificar una mayoría de Fiat 128 en sus diferentes
versiones 1100 y 1300 de diferentes años, Europa y IAVA. No faltaron
tampoco los Sorpasso, 600, 1500 y 1600 berlinas y coupés, y la
frutilla del postre, un 124 Spider. En total fueron 21 autos con más
de 40 personas a bordo, a pesar de tener que lamentar varias bajas
debidas al las típicas enfermedades de invierno que aquejaron a
varios socios que habían reservado su lugar, debiendo cancelar su
participación.
Con el norte puesto en llegar a tiempo para el desayuno,
puntualmente a las 9 horas enfilamos proa al oeste, hacia Lujan,
donde tomaríamos la ruta 47 hacia nuestro destino definitivo. A la
altura de General Rodríguez se nos uniría parte de la comitiva, los
pilarenses. Fue providencial salir temprano, ya que una cerrada
niebla se cernió sobre casi todo el camino, obligando,
consecuentemente, a bajar la velocidad de marcha
A tiempo para un muy criollo desayuno, donde no faltó café con
leche, mate, pan casero, tostadas, mermelada casera de naranja,
dulce de leche y pastelitos y tortitas fritas, arribamos a La
Fernanda, y tras saludos y fotos de rigor, no perdonamos nada de las
delicias que nos ofrecieron.
Luego del opíparo desayuno, había que hacer lugar para el almuerzo,
cosa que hicimos mientras sacudíamos motores y carrocerías en una
divertida habilidad conductiva sobre césped y barro.
No bien finalizamos la gymkhana, fue el llamado a almorzar, cosa que
tampoco perdonamos. Típica comida de establecimientos campestres,
disfrutamos de una entrada de salame quintero de la zona y queso de
campo, con encurtidos caseros y el infaltable pan de campo, también
casero, para pasar luego a una abundante parrillada que incluyó
tira, vacío, pollo, y por supuesto chorizos, morcillas y
chinchulines, acompañados por papas fritas y ensaladas. Todo ello
dio lugar a los postres, y el café. Y por supuesto el ingrediente
más importante: la camaradería y la infaltable charla cuyo tema
principal son siempre los autos.
Luego de tan pantagruélica comida, la charla continuó en los
jardines del establecimiento, y, cayendo ya la tarde, temprano en
esta época del año, y previendo una entrada complicada a la ciudad
de Buenos Aires, fuimos partiendo. Pero como la propuesta incluía
merienda, con pastelitos de dulce de batata y tortas fritas, cosa
que tampoco íbamos a perdonar, cada uno de los que se fueron,
llevaron consigo una vianda con dichas delicias.
Nuevamente agradecemos en primer lugar a los socios que con su
presencia permanentemente apoyan las actividades del club, y en
particular quienes vienen de lejos, en este caso de La Plata, Pilar
y Adrogué, además de la ciudad de Buenos Aires y alrededores, y al
establecimiento La Fernanda y a su propietaria, que siempre nos
acoge con tanta calidez.
La Comisión Directiva
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